Efectos

Bah. Había escrito algo, y al borrarlo, lo entregué a la dimensión paralela de cosas que no sucedieron, la dimensión borrador, llamémosle. La imagino llena de correos y llamadas telefónicas quizás vergonzosas o atrevidas, de insinuaciones cerca de la mañana, de halagos interesados y no muy originales, de hijos y accidentes que no tuviste, porque la dimensión borrador queda registrada en una letra tenue, en unos papeles que con el tiempo van perdiendo sentido y se quedan en una casa a la que finalmente no regresas.
Que tengan una buena semana.